sábado, diciembre 23, 2006

Reflexiones sobre la entrevista a Soljenitsyne



Hombre, ¿qué haces de tu libertad?


Introducción

Alexandre Soljenitsyne es el gran escritor clásico con quien hemos convivido en el siglo XX sin prestarle toda la atención que se merece. Quizás por haber caído la cortina de hierro en Europa. Quizás por haber sido malas las primeras traducciones al español del Archipiélago de Gulag. Quizás por el deseo subconsciente de evitar las imágenes del sufrimiento de los campos de concentración soviéticos nos producían. Quizás al pensar algunos que sus relatos eran nuevas versiones semejantes a las historias de los campos nazis ya conocidos. O quizás por la pereza intelectual de abordar la multiplicidad de enfoques y de planos superpuestos que son características de la forma de escribir del gran autor ruso contemporáneo.

Sin embargo, su relevancia –aún ignorada por muchos- es equivalente a la de los grandes clásicos de todos los tiempos, y su alcance supera en mucho a las clásicas descripciones de la vida en los campos de concentración. Lo que mira en realidad Soljenitsyne es al hombre en su integridad y a la “telaraña” totalitaria que lo oprime, que va mucho más allá que un cerco con alambres de púa o de los barrotes de una cárcel. Si se pudiera sintetizar en una pregunta que ayude a buscar el mensaje que subyace en toda su obra, quizás esta sería: Hombre ¿qué haces con tu libertad?.
Leer al clásico ruso nos ayuda a comenzar a responderla, desde una perspectiva diferente. Guiados por una pluma orientada siempre a buscar la verdad y el bien. Como se lo podría hacer con una especie de Dante de nuestro tiempo, pero sin duda alguna con nivel y profundidad de conceptos equivalente.

Por eso al ver publicada en un “Figaro” una de las pocas entrevistas que recientemente haya dado Soljenitsyne, me sumergí en su lectura y traducción, sabiendo que cada vez que habla, el autor ruso nos muestra la visión del mundo de alguien que habiendo nacido, crecido, y siendo educado en el sistema marxista más absoluto, ha demostrado que a partir de la libertad interior y del rechazo al mal y a la mentira es posible ganar batallas de la magnitud de la que el mismo libró contra el sistema soviético, desde adentro, y sin dinero ... eligiendo tan solo el punto débil e indefendible del terreno enemigo y descargando allí toda la fuerza de su intelecto y el testimonio de su vida.

El punto es que, además de ayudarnos a ver, como en una carrera de postas, nos entrega un mensaje que no podemos guardar en una biblioteca, sino que estamos obligados a transmitir, como una “Llama al viento”(*) ...

Lecciones universales

Algunas ideas del diálogo me pareció que sugerían algunas “lecciones universales” que intento resumir y destacar a continuación, para transcribir enseguida el texto de la entrevista:
· Hay que sumergirse en los fundamentos de la existencia.
· Hay que percibir la realidad tal como ella existe.
· Las grandes crisis sociales se van preparando lentamente y siempre hay causas que –en su momento- no parece que van a llevar tan lejos, y lo hacen.
· Dios nunca quitó la libertad de elección al hombre, que le fue dada desde la propia creación.
· Nosotros creamos nuestra propia historia.
· Nosotros nos empujamos hacia el hoyo.
· Lo necesario o absurdo de los sufrimientos depende de la capacidad de la gente y de los pueblos en comprender las lecciones que surgen de la importancia del correcto uso de la libertad.
· Los hombres no pueden evitar pagar las consecuencias de haber perdido el sentido de auto restricción, el dominio de los propios deseos y exigencias
· Los hombres no pueden evitar pagar las consecuencias de la codicia sin límites de los poderosos y de los ricos (hombres y estados).
· Los hombres no pueden evitar pagar las consecuencias del agotamiento de los sentimientos de la bondad humana.
· El mal universal tiene un sentido y una intensidad. No es solamente la locura o la tontería del hombre. Es un núcleo compacto, y para combatirlo hace falta una lucha activa.
· La dictadura comunista llama una lucha absoluta contra ella. Sigue siendo “intrínsicamente perversa” aunque se vista de seda.
· Y el mal es fuerte porque un gran número de corazones humanos ha sido tocado o contaminado por él.
· Un gran problema del mundo contemporáneo es la pérdida de los fundamentos filosóficos y el antropocentrismo secular, cuyas consecuencias mundiales todavía no se han manifestado totalmente
· Aunque haya un reverdecer de un país en todas sus formas, incluidas las morales y económicas, pueden igualmente triunfar las fuerzas oscuras, los bandoleros sin fe ni ley que se enriquecen mediante el pillaje de los bienes nacionales contra el que nunca se lucha, y puede implantarse en la sociedad el cinismo y la corrupción moral. El mal anida en el corazón del hombre, y ahí está el verdadero problema.La existencia de partidos políticos únicamente ocupados en obtener poder es una calamidad
(*) Pequeña pieza de teatro en la que el autor “describe” al mundo tecnificado y bucea acerca del sentido de la vida, del hombre, de la técnica, etc.

Alexandre Soljenitsyne - la entrevista

''La futura democracia rusa no debe ser un calco de Occidente''

por Daniel Kehlmann - Le Figaro, 1 de diciembre de 2006

Le Figaro publica una conversación –editada anteriormente en la revista literaria alemana Cicero - entre el gran pensador ruso, que celebrará sus 88 años el 11 de diciembre, y el escritor alemán Daniel Kehlmann.

Este joven autor vienés, de 31 años, es autor de siete libros y laureado con una decena de premios. Su última novela, Los Agrimensores del mundo, consagrado como el éxito literario alemán más grande desde los años 1970, estará disponible en Francia en enero de 2007 en ediciones Actas Sud.

Desde sus primeras obras, usted expresa cierto alivio en cuanto a su destino: por haber sido enviado al Gulag, de un cierto modo, la grandeza le cayó encima, sin quererlo o no. Escribió que era terrible imaginar que escritor hubiera sido si no hubiera pasado por la experiencia del Gulag. Pero la pregunta se sigue planteando: ¿qué género de escritor hubiera sido usted?

Yo quisiera aclarar lo que se ha dicho sobre el papel decisivo del Gulag en mi vida de escritor. En realidad, desde los dieciocho años, en 1936, realicé el proyecto de describir y de explicar en todas sus dimensiones la historia de la revolución rusa de 1917. Aunque fuera sólo por esta razón fundamental, no hubiera podido mostrarme como un escritor leal al sistema soviético.

Pero el hecho que de haber sido yo mismo en 1945 víctima del Gulag pesó profundamente en el curso de los años en mis opiniones y mis convicciones, y me abrió un campo de visión lo más claro y amplio posible sobre todo lo que se llamaba el bolchevismo, el comunismo soviético. Más profundamente, me sumergió en los fundamentos de nuestra existencia.

Sus obras se sitúan claramente en la gran tradición del realismo, en las tradiciones de Tolstoï y de Zola. Tolstoï en persona hace una aparición breve en el primer capítulo de agosto de 14. Para mí personalmente, fue un descubrimiento ver que todavía se puede escribir así, que la tradición realista no está absolutamente muerta. ¿Estuvo, en un momento o en otro, perturbado (literariamente hablando) por las diversas teorías que predican que no hay que continuar más escribiendo así? ¿Estas teorías no significaron nada para usted?

La tradición realista me es innata, no fue escogida por mí. Los debates agitados que se efectuaron en el siglo XX sobre el hecho de saber si esta tradición había muerto o si el género de la novela había "muerto ", suscitaron en mí sólo una sonrisa perpleja.

Sin embargo, la tradición realista no consiste solamente en una manera realista de componer la narración, implica también otros medios y otras formas, en la medida en que éstos le permiten al lector percibir la realidad tal como ella
existe.

Es por eso que, por ejemplo en La Rueda roja, empleé, en ciertos episodios y a ciertos momentos, una exposición de la acción al modo cinematográfico: citaciones de documentos históricos, extractos de periódicos de la época, e inclusive una percepción de los acontecimientos de un modo folklórico: interpretación popular, proverbios.

Usted expresó a menudo la opinión que Rusia estuvo destinada a atravesar la sombría prueba del siglo XX en lugar del resto del mundo, a seguir este camino para la humanidad entera. Por otro lado, sus cuentos en La Rueda roja giran alrededor de la idea que la catástrofe de octubre de 1917 habría podido ser evitada. Si se va al fondo de las cosas, ¿eran realmente indispensables todos estos sufrimientos excesivos?¿no podíamos evitar todo esto? ¿no fue absurdo e inútil todo esto? Es decir: ¿Dios quiso que todo esto suceda?

Los diez tomos de La Rueda roja engloban sólo la revolución de febrero de 1917, con los acontecimientos de 1905, y los de finales del siglo XIX que le abrieron el camino. Me esforcé en seguir toda la preparación social que, llevó a esta revolución en Rusia, y la gran cantidad de acontecimientos de febrero de 1917 sin los cuales la revolución no habría estallado.

En cuanto a la revolución bolchevique de octubre de 1917, ella fue una consecuencia directa y absolutamente inevitable de la revolución de febrero. ¿Dios quiso que las cosas pasaran así? Dios nunca nos quitó la libertad de elección que nos fue dada desde antaño.

Nosotros mismos creamos nuestra propia historia, nosotros mismos nos empujamos hacia el hoyo. Y lo necesario o absurdo de los sufrimientos depende de la capacidad de la gente y de los pueblos que sacan de ese hecho las lecciones que surgen.

Para hablar de la historia del mundo en general, considero que, si la revolución rusa no se hubiera producido, otra revolución semejante habría estremecido inevitablemente el mundo, como prolongamiento de la Revolución Francesa del siglo XVIII.

Porque los hombres no pueden evitar pagar por la pérdida del sentimiento de auto restricción, del dominio de los propios deseos y exigencias; por la codicia sin mengua de los poderosos y de los ricos (no solamente la de los hombres sino también la de los estados); por el agotamiento de los sentimientos de bondad humana.

Parece que la imagen de la gente simple, lúcida y proba, enfrentando solos el caos (como Vorotyntsev o Matriona) es uno de los temas centrales de sus obras. Cuando se levanta el mal absoluto delante de nosotros, ¿la probidad de la gente simple puede ser una respuesta? ¿qué es el mal? ¿es la locura y la tontería solamente (como piensa san Agustín), o es una fuerza poderosa e imperativa?

Sí, la gente simple y sin defensa, como Matriona o Ivan Denissovitch, me inspiran mucha compasión. Pero siento una compasión más grande todavía para los que son combatientes por la justicia (así es como nombré y describí a muchos de ellos en El Archipiélago del Gulag, y también puse el acento sobre ellos en La Rueda Roja).

No, la simple probidad no es una respuesta suficiente al mal universal. El mal universal, no es solamente la locura o la tontería. Es un núcleo compacto, con una acción que tiene un sentido y una intensidad vectorial. Para combatirlo, hace falta una lucha activa. Y el mal es tanto más fuerte que un gran número de corazones humanos ha sido tocado o contaminado por él.

En El Primer Círculo, hay una discusión larga entre el monje Sologdine y el ateo Lev Roubine, y en medio se encuentra Gleb Nerjine, con opiniones menos claramente definidas. Cuando se ve su propia evolución como escritor y pensador, tenemos la impresión que usted ha pasado de esta posición mediana a la de Sologdine. ¿Es así? ¿Piensa que hoy está más próximo a Sologdine que cuando escribió El Primer Círculo?


En El Primer Círculo, además de consideraciones sobre las reglas de la dialéctica, la discusión entre Sologdine y Roubine es muy politizada. Nerjine, encontrándose en la posición del escéptico prudente, no debía intervenir. A todas luces, él intenta discernir un problema más general, esencial y extenso que el mero problema del comunismo.

En esa época, como Nerjine, yo no había percibido todavía la naturaleza de este problema, que se manifestó como uno de los fenómenos intelectuales mundiales más importantes.

Después, con los años, llegué más de una vez a declarar al respecto que el problema, es el del hundimiento en el siglo XX de los fundamentos de la filosofía de las Luces y el del antropocentrismo secular. Todavía no se han manifestado totalmente en la actualidad las consecuencias mundiales de este hundimiento.

Una de las evoluciones más tristes del siglo pasado fue, sin duda, el sostén muy amplio aportado a la dictadura soviética por parte de los pensadores y escritores occidentales. Las cosas cambiaron sólo cuando usted apareció y aportó su testimonio. Es por esa razón que usted se negó a encontrar a Sartre en su visita a Unión soviética. ¿Considera que haya existido una « traición de los pasantes » (el término es de Julián Benda), es decir una traición de los intelectuales? ¿Cómo podemos explicar tal fenómeno?


El sostén muy amplio del que gozó la dictadura comunista desde los años 1930 por parte de los pensadores occidentales es precisamente el signo y la consecuencia de este hundimiento que sentimos hoy y continuaremos sintiendo en el futuro.

Su influencia sobre la esfera política y social fue la más grande que la de cualquier escritor desde Voltaire. Usted ayudó a voltear a la dictadura y fue (hace referencia al título de su autobiografía) el ternero que volcó el roble. Usted es la prueba viviente que un hombre solo puede influir sobre el destino y que la literatura también puede tener una influencia. Tiene todas las razones de estar satisfecho de lo que realizó. ¿Está satisfecho? ¿O todavía hay algo que desearía hacer para la literatura mundial y para Rusia?

La dictadura comunista llama una lucha absoluta contra ella. Sin embargo, pedí en repetidas ocasiones a las potencias occidentales que no identificaran al comunismo soviético con Rusia y con la historia rusa. ¡Por desgracia! Muchas potencias occidentales no marcaron esta diferencia, y la política de los dirigentes occidentales, hasta después de la caída de la dictadura soviética, no se mostró menos dura con respecto a Rusia. Lo que es una inmensa decepción.

Pero en el curso de los años 1990 sobrevinieron acontecimientos todavía más graves. Al mismo tiempo que se producía el saneamiento del país en todas sus formas, incluidas las morales y económicas, rápidamente triunfaron las fuerzas oscuras: bandoleros sin fe ni ley se enriquecían mediante el pillaje de los bienes nacionales contra el que nunca se luchó, y se implantaba en la sociedad el cinismo y la corrupción moral. Esto fue una catástrofe para toda Rusia.

Sufrí mucho estos cambios. ¿Cómo hablar de "satisfacción"? Pero, con mis ochenta y siete años y mi salud endeble no tengo más las fuerzas necesarias para influir en el curso de los acontecimientos.

Finalmente, me parece indispensable la pregunta siguiente: ¿cuál es el futuro de Rusia? ¿la democracia o un Estado autoritario construido sobre el modelo chino? ¿Rusia tiene algo que enseñar a otros países? ¿Y a la inversa, hay algo para enseñar a Rusia? ¿Rusia debe acercarse a Occidente, o bien encontrar su propio camino, su propio modelo político?

El futuro de Rusia me inquieta mucho. No me propondré pronosticarlo. Sus preguntas se remiten principalmente a la estructura social. Y aunque este aspecto sea muy importante, la estructura moral es más importante que todo.

En cuanto a la democracia que deseo para Rusia, propuse un modelo en 1990 en “Cómo reordenar nuestra Rusia”. La edificación de una estructura democrática que arranque desde las administraciones locales autónomas hasta las medidas que se tomen en el nivel nacional. La excelente organización y la actividad de la administración local en numerosos países occidentales son un ejemplo, que llamo siempre a seguir a mis compatriotas.

Mi modelo se distingue del parlamentarismo de los partidos que predomina en Occidente. Considero la existencia de partidos políticos, únicamente ocupados en obtener el poder, no como uno beneficio sino como una calamidad. Por el momento, el plan que propuse fue letra muerta. Pero me gustaría ver la futura democracia rusa precisamente de este modo y no como un calco de Occidente.

¿Hay algo que distinga la literatura rusa de las literaturas del resto del mundo?

No veo ruptura de principio entre la literatura rusa y otras literaturas del mundo.

- Traducción al español: Pablo López Herrera


martes, diciembre 05, 2006

Carnes: lucha por la libertad de comercio

Carnes: lucha por la libertad de comercio

Por Pablo López Herrera (*)


Se atribuye a Goethe afirmar que la libertad es como la vida, y que
sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días. Uno de los pocos lugares donde los argentinos luchan por la libertad es en el campo. Y el gobierno tiene razón al plantear la lucha como política o ideológica, aunque sea económica en primera instancia. La última gran crisis económica fue la oportunidad que estaba esperando el pintoresco socialismo vernáculo para volver al viejo régimen de las retenciones. La lucha del campo es entonces por la libertad de comercio, y sería ingenuo disfrazarla con otros nombres.

Entre Duhalde y su pollo Kirchner consolidaron un sistema de apropiación de la riqueza agraria por parte del estado, para imponer un sistema de “redistribución del ingreso”, dando por sobreentendido que sus limpias manos y conciencias, unidas a una técnica económica de altísimo nivel, cuya máxima representación fue el atildado ministro Lavagna, sería mas eficiente que el espurio y vil mercado, y que la plata esta siempre mejor en las arcas del estado que en el bolsillo de sus dueños.

Los resultados están a la vista. El equilibrio fiscal del que se vanaglorian las autoridades se logra con dicha apropiación, mas el “provisorio” impuesto al cheque. El día que esta ecuación se deteriore, será el principio del fin para el gobierno, y el principio de una nueva crisis de características impredecibles pero en cualquier caso catastróficas para el resto del país. Subirán las tasas, la gente huirá otra vez hacia las divisas mas fuertes que el peso, y será el fin de esta segunda convertibilidad ...

El tipo de cambio elevado, que ¡el ministro del interior! enrostra a los agricultores es necesario antes que nada al gobierno para poder mantener sus ingresos y para que todos los salarios, empezando por los estatales vayan corriendo de atrás a los precios. Omite el ministro del interior mencionar que el costo de mantener el tipo elevado de cambio es pagado por toda la sociedad porque el gobierno compra dólares a un valor mas alto al que correspondería si se dejara flotar la divisa. Y omite también señalar que el costo del sobreprecio pagado por el estado seguirá siendo pagado en cuotas en el futuro cuando haya que cancelar los bonos, letras y pases del banco central con los que se “absorbe” parte de la inflacionaria emisión de pesos necesaria para la compra de los dólares. (**) Cuando se “absorbe” de este modo lo que se está haciendo es trasladando parte de la presión inflacionaria hacia delante.

Si “la sociedad tiene que sostener su dieta alimentaria” como dice el ministro Fernández y “el Estado debe intervenir en la economía” porque “lo que necesita el conjunto de la sociedad” y el hombro solo lo ponen “los trabajadores y los menos pudientes” como dice la ministra Micheli queda claro que para el gobierno el único rol de los productores –que también son trabajadores- es el de la gallina de los huevos de oro, que pone mágicamente todos los que ellos necesitan para mantenerse en el poder.

Como dijera el recientemente fallecido Milton Friedman: “Los tipos de cambio reflejan las políticas interiores, si hay inflación la moneda es débil. Los gobiernos, entonces, tratan de ocultar o compensar las consecuencias nefastas de sus políticas.” ... “El Estado es el principal obstáculo del mercado libre; realiza acciones como la imposición de aranceles, las políticas internas como la fijación de precios y hasta de salarios, y la intervención por política fiscal y monetaria. Sin embargo, la inflación se ha convertido en un poderoso interruptor de la información por precios.” Y aquí es donde hace agua el sistema: la inflación deforma el sistema de precios, y el gobierno no encuentra un sustituto al mercado, ni lo va a encontrar porque todavía no se ha inventado. Salvo que Moreno y Micheli postulen para el premio Nobel.

Las medidas estatistas han demostrado su fracaso. Acuerdos con los frigoríficos, con los supermercados y carnicerías, reducciones a los precios de los cortes populares, denuncias ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia por presunta manipulación de precios en Liniers, retenciones a las exportaciones, suspensión de las exportaciones de carne, precios de referencia, y finalmente las eternas amenazas del obediente “Lassie” Moreno: ahora “les vamos a pegar donde más les duele” ...

La “intervención” del estado distorsiona el sistema de precios, y obliga a la evasión o a los sobreprecios para sobrevivir. Y de paso pone fuera del sistema legal a quienes no cumplen las normas impositivas y los hace blanco de la persecución impositiva por un lado y de no cumplir los “precios máximos” por el otro. El productor se convierte en un trasgresor, y así funcionan los sistemas socialistas. Cada habitante es deudor del gobierno y así resulta fácil amedrentarlo y manipularlo.
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Felisa Micheli dijo que “que el Gobierno debe velar por "todos los integrantes de la sociedad"”. La sociedad lo que quiere es que el gobierno le saque las manos de encima, para poder producir mas y mejor. Que saque las retenciones y se concentre en generar un clima económico de confianza, que es la única manera civilizada de que la economía crezca por razones genuinas y no forzadas. La famosa rentabilidad a la que se hace referencia del sector agropecuario no se aplica en todos los casos, y menos que nada para el mediano y pequeño productor.

Pero mientras el presidente vea como más importante para sí mismo una reunión con Shakira que con los productores, lo que está demostrando es que en el fondo el mismo gobierno es el problema. El día que en la Argentina el campo haya perdido su voluntad de luchar o su independencia económica, se habrá consumado la victoria del socialismo.


(*) Miembro del Comité Consultivo de Atlas 1853 - plopezherrera@gmail.com

(**) La ultima absorción monetaria real y de proporciones fue la de Gran Bretaña luego de la primera guerra mundial. Los ingleses para comer carne hervían los cinturones de cuero, tan elevado fue el “costo social” de dicha absorción monetaria.

jueves, noviembre 30, 2006

Gualeguaychú: ¿se viene la “gran Galtieri”?

Gualeguaychú: ¿se viene la “gran Galtieri”?


Gobernar es elegir


El verdadero valor de los cobardes se verifica por el tamaño del adversario que eligen. La posición del gobierno argentino con el gobierno uruguayo es dinámica, polifacética, y evoluciona de acuerdo a los intereses del momento. Los intereses del gobierno, en rara oportunidad coinciden con los del país. En este caso tampoco.

Cuando a Kirchner le interesaba que llegara un movimiento ideológico afín al gobierno del Uruguay, promocionó al Frente Amplio sin ninguna vergüenza, en una intromisión moralmente inadmisible para las reglas de la diplomacia civilizada. Y pronto el idilio progresista mostró el valor de los idilios para los progresistas.

Las causas que originaron el conflicto seguro han sido muchas, aunque todavía no se han develado en su totalidad. A esta altura parecería que el Uruguay no tomó todos los recaudos posibles e imaginables, y que realizó una pasada “light” por el CARV. Lo que no significa que las plantas vayan a ser una fuente de contaminación insoportable e inaceptable. Parece cierto el resentimiento argentino por la elección del Uruguay por parte de las empresas papeleras, comisionistas locales demasiado golosos también habrían quedado dolidos, el tamaño mismo de los emprendimientos los destina a recibir materia prima que nuestro país verá pasar por el famoso puente con destino a las pasteras donde se agregará valor y puestos de trabajo (¿será esta la causa mas importante?) , la “polución visual” ocasionada a quienes cruzan el puente rumo al Uruguay, seguramente ha dolido a propietarios y veraneantes mesopotámicos, y finalmente el activismo de quienes encontraron en todo el asunto una ocasión pintada para explotar el nacionalismo y la xenofobia con fines políticos.

Por cierto que las plantas no dejarán al paisaje como estaba, aunque la ciudad de Gualeguaychú está a más de treinta kilómetros y el recientemente descubierto balneario Ñandubaysal está situado a diez kilómetros de la planta en la orilla entrerriana. A efectos de comparar, habría que pensar en los efectos para nuestra cuidad de Buenos Aires de fábricas instaladas en el Tigre. Mucha distancia para tanto revuelo ...

Los antológicos revolcones que ha recibido nuestro gobierno en La Haya y en el Banco Mundial, a los que hemos concurrido por nuestra propia iniciativa solo se comprenden como frutos del voluntarismo caprichoso y de la soberbia de adolescentes de quienes nos gobiernan. La frutilla del postre sería un fallo definitivo en contra en La Haya , o que el mismo tribunal le de la razón al Uruguay y nos obligue o sugiera dejar el paso a la libre circulación de personas y mercaderías por Fray Bentos.

Todo lo expuesto no debería llamar la atención en nuestra Argentina decadente, descripta con lucidez en “Cambalache”, y protegida por Dios mucho mas allá de nuestros merecimientos.

Pero la radicalidad del planteo argentino sigue sorprendiendo, y debería de ser causa de serias y profundas investigaciones el aval explícito e implícito del gobierno a las medidas de fuerza desde su inicio.

Quienquiera haya visto la planta que se construye en Fray Bentos, se dará cuenta que es imposible detener la obra. Tampoco se le ocultó a nadie desde el inicio del problema que el reclamo de las células locales que fogonearon el conflicto incluía el traslado de las pasteras a otro lugar, lo que nos retrotrae a los revolucionarios y “marcusianos” sesenta: “pedir siempre lo imposible” ...

La espontaneidad del reclamo es una burda mentira. El trabajo de agitación y propaganda realizado en el lugar ha sido de alta “profesionalidad” y los resultados obtenidos acordes a la misma. Se intentó generar una idea fuerza capaz de construir un impulso social de importancia. Para despertar la sensibilidad fue necesaria una argumentación simple y contundente, que incluyera a todos obligadamente en el mismo campo, de modo que nadie del lugar pudiera sentirse excluido ni oponerse.

Todo el argumento de la campaña con el que se martilló los cerebros de la población local obedece al siguiente e “impecable”razonamiento: “Si para vos es importante el aire que respiras, el agua que tomas, el alimento para tus hijos y el tuyo mismo, entonces estás con nosotros. Si a la vida, NO a las papeleras.” Sobreentendido: las papeleras significan la muerte para vos y tus hijos. Luchar contra las papeleras es luchar por tu supervivencia.

Con esta idea fuerza se organizaron personas y grupos de distinta índole y se armó la movilización bajo la forma inicial de resistencia pacífica. Se inundó Gualeguaychú con afiches, pancartas y calcomanías para vidrieras de negocios y parabrisas de autos, de diversos tamaños que muestran el grado de adhesión a la idea y que la mantienen vigente. Se realizaron todo tipo de movilizaciones, acción directa y piquetes cuya finalidad estaba definida desde el inicio: NO a las papeleras. Luego de este trabajo de adoctrinamiento, cualquier alternativa que ponga un objetivo de negociación menor será sentida como una derrota.

Y para agregar un toque de causa santa, una imagen de Nuestro Señor Jesucristo preside el lugar de la ruta donde se agrupan los revoltosos. ¿Dónde están los obispos locales llamando a la pacificación? Les preocupa la pobreza y está bien. Les preocupan los excluidos, y está bien. Les preocupa ahora la calidad institucional en algunas provincias, y está bien. Pero la pacificación de los espíritus debería ser prioridad de las autoridades eclesiásticas. Deberían estar guiando las ovejas para evitar descarríos.

En estos días, y agotadas las vías legales del derecho internacional en perjuicio de la posición extrema argentina, solo quedará aceptarla con resignación y hombría de bien, y limitarse a verificar la calidad de las aguas del río Uruguay, que seguramente serán satisfactorias. Lamentablemente para nosotros, no tenemos lecciones que dar en materia de lucha contra la contaminación del río. Quién recorra en estos días la rambla montevideana, verá a la población local bañarse sin temor desde una punta a la otra de la ciudad, imagen imposible de registrar en nuestras costas.

No estando la razón de nuestra parte, y mordiendo nuestras autoridades el polvo de la derrota legal, a la postura extrema solo quedaría el recurso de la fuerza. Los agitadores locales solo deberían provocar el “casus belli”. Lo mismo se hizo en el caso Malvinas con la provocadora ocupación de una planta ballenera que fue pronto reprimida por los ingleses. Si se produjeran agresiones a viajeros uruguayos, agitación en Fray Bentos, ataques directos a la planta, corte del río Uruguay (¡hay quienes evocan la batalla de la vuelta de Obligado!), o cualquier desatino, al gobierno solo le quedaría el “deber” de defender vidas e intereses locales. Y estaríamos de lleno en “la gran Galtieri”...

Si como ciudadano inquieto me planteo estas reflexiones, lo hago por varias razones. La primera es que este gobierno y este presidente en particular aplica sistemáticamente el conflicto como método para lograr sus fines. La segunda es que habiéndose planteado el tema de las papeleras con el tiempo suficiente como para buscar soluciones razonables, veo a Kirchner más inclinado a apretar el acelerador que el freno frente a la curva cerrada que se aproxima. Al calificar Kirchner de intransigente al presidente del Uruguay y su lenguaraz Fernández de incapaz lo que están haciendo es caldear los ánimos, más que apaciguarlos. La tercera es que veo a nuestros políticos más ocupados en sus mezquinas cuestiones de candidaturas que en los verdaderos intereses de la patria. La paz es uno de los principales bienes a preservar. Las consecuencias de no hacerlo, y de los desvaríos de los extremistas las pagaríamos todos, uruguayos y argentinos. Ninguno de los dos pueblos merece ser objeto de experimentos de patoteros de barrio.

Lamentablemente muchas de las cosas que se decía no iban a pasar en nuestro país, pasaron. El rosariazo, el cordobazo, la guerrilla ocupando territorios, matando militares por el solo hecho de serlo y atacando a las fuerzas armadas durante gobiernos civiles y militares, peajes revolucionarios en las rutas, varias quiebras del estado, y particularmente importante para recordar ahora, la invasión de las Malvinas, que por mas argentinas que sean, estaban y están ocupadas por el país que resistió a Hitler y estaba cantado que nos iba a dar una paliza, eso sí en honrosa lucha y con mucha entrega, dignidad y arrojo por parte de nuestros soldados. Nuestro país es un país que votó a Perón y que lo echó, que apoyó y aprobó la acción de los gobiernos militares mirando para otro lado por la forma de lucha y que después fue incapaz de apoyarlos en la persecución desatada, que votó a Cámpora con todo el zurdaje que venía con el, que votó a Alfonsín y se alegró que se fuera porque no sabia no podía o no quería gobernar, que votó a Menem dos veces, que festeja defaults...


“Esto no va a pasar en nuestro país...” es solo una frase de quienes quieren a distraer la atención acerca de lo que realmente está pasando o por pasar, o de quienes viven con la cabeza debajo de la tierra como el avestruz. Antes de cada devaluación o crisis económica se repiten frases con ese sentido: “el que apuesta a la devaluación pierde” ... “el que depositó dólares, cobrará dólares”, “no vendas los bonos que no pasa nada ...” y largo etc. Y las consecuencias de las repetidas estafas a la credibilidad las pagan los inocentes, los ingenuos, los que no hacen un culto de la viveza criolla. Por eso en las presentes circunstancias, mas vale pensar que puede pasar lo peor, para evitarlo ...

Lo que es simplemente un problema de interpretación del tratado sobre el río Uruguay, entendido por nuestras autoridades como un derecho de pernada, se está transformando en un conflicto fronterizo.

El cinismo de nuestro gobierno no conoce límites. Finge conciliar mientras provoca tildando a Tabaré Vázquez de intransigente porque no obedece la instrucción santacruceña. Llama a una “conciliación” –se supone que mientras hay una misión de ese tipo queda todo como está- y al mismo tiempo envía una misión a Washington para obstruir el otorgamiento de un crédito. Plantea el tema como originado por las “fuerzas del imperio” mientras por la fuerza del apriete pretende que un país varias veces mas chico ceda a la presión de los cortes. Les pide a los piqueteros que se porten bien y que no corten los puentes y al mismo tiempo les dice que el gobierno los va a dejar hacer. Aprieta como un verdugo y se muestra como víctima. Llama “hermanos” a nuestros vecinos y no tiene la dignidad de ordenar la abstención de votar al delegado de ambos países en el Banco Mundial, que no hubiera cambiado el resultado de la resolución, pero hubiera sido un gesto de buena voluntad. Avanza con todas las fuerzas en rumbo de colisión y cuando Tabaré Vázquez protege las plantas con una guardia militar de una docena de soldados en su propio territorio, precisamente para impedir que algún imbécil se tiente con algún atentado en suelo uruguayo, pone el grito en el cielo, y lo acusa de “militarizar” el conflicto como si estuvieran a punto de invadirnos.

Si por azar del destino nuestro gobierno, que ya anunció su decisión de no reprimir a los revoltosos locales en su acción ilegal e injusta de impedir la libre circulación de bienes y personas, apelara a lo que queda de nuestras fuerzas armadas, opino que dadas las circunstancias estas tendrían el imperativo moral de negarse a obedecer las órdenes preventivas o ejecutivas que puedan poner en peligro la sagrada paz con el Uruguay, so pena de embarcarnos en una aventura de la que nada bueno y mucho malo puede suceder.

(*) Miembro del Comité Consultivo de Atlas-1853 – plopezherrera@gmail.com - www.pablolopezherrera.blogspot.com







viernes, noviembre 17, 2006

D' Elia: los miserables y el poder

D' Elia: los miserables y el poder

Por Pablo López Herrera (*)

Colgamos a los pequeños ladrones.
A los grandes les damos un cargo público.
Esopo

Las luces del escenario de la semana política nos muestran la salida de D’ Elia como si hubiera sido el efecto de una reacción saludable del Presidente. Más que analizar un asunto de Estado, buscamos en nuestro interior el calificativo mas aplicable para los protagonistas, y nos surge espontaneamente el de miserables.Todo el acontecimiento obedece a la lógica de este tipo de personajes. Como hay diferentes modos de ser miserable, y de todos hay en nuestro país, haremos unas disquisiciones sobre el tema en general de los miserables, y el análisis de la provocación del piquetero y sus resultados luego.

Los cuatro tipos del miserable argentino

El “mataburros” nos da cuatro acepciones de la palabra miserable. Las cuatro nos sirven para calificar varios grupos sociales –colectivos dirían los españoles modernos- que son victimarios o victimas en Kirchnerlandia.

Con la primera acepción, que es la de “desdichado o infeliz” podemos calificar a la población en general. Particularmente la gente que trabaja y contribuye con sus impuestos a mantener a los energúmenos, los manipuladores, y de un modo más general al circo del poder público que vive de los impuestos y las retenciones, dineros que en lugar de ser utilizados para generar más riqueza y más trabajo se volatilizan y esfuman tras los manejos de los charlatanes de la política.

Con la segunda acepción: “abatido, debilitado, decaído, sin valor ni fuerza” calificamos a la innumerable cantidad de personas -que no forman parte de los sectores mas favorecidos- que se agotan en la esterilidad de sus esfuerzos para sobrevivir y crecer, y se entregan finalmente al convertirse nuestro país cada vez más en un campo hostil para las actividades económicas, políticas y sociales que deberían disponer de un marco interno mucho más favorable, o por lo menos neutro.

Con la tercera acepción comprendemos a los que solo tienen en cuenta su interés, generalmente pecuniario, y el de su núcleo de pertenencia: los “mezquinos”; ya sea en lo económico, o en la falta de entrega personal. Aquí no se puede dejar de pensar en la gran necesidad de liderazgos personales, y en las dificultades que encuentran quienes luchan por las ideas de la libertad económica y política para financiar sus actividades, mientras los principales beneficiarios miran para otro lado cuando de contribuir se trata. Aquí estarían los que alguien calificara como “miserables VIP”.

Con la cuarta acepción nos referimos a los
“perversos, abyectos y canallas”. Y aquí, sin entrar en calificaciones personales, no podemos dejar de pensar en que tenemos que discurrir sobre el tema del título, y al juego al que se han prestando tanto el presidente como D’Elía.

La provocación del piquetero y sus resultados

Sería tan superficial quedarse con reflexiones sobre calificativos como minimizar la importancia del piquetero de afilada lengua y lanza en ristre. Porque atrás de las componendas, de las operaciones políticas y de los ruidos de la comunicación, hay algo más importante y grave. La sociedad no es la misma luego del paso de estos personajes, para peor.

El ex piquetero-funcionario asume un rol como el de una Corte Suprema unipersonal y se pone por encima de la decisión de la justicia argentina al juzgar al dictamen judicial que acusa a Irán por el atentado a la AMIA como si no fuera funcionario público.

El ex piquetero-funcionario se pone por encima del presidente y del ministro de RREE al hacer la presentación de su carta en mano y con foto al encargado de negocios de Irán. Asume una especie de rol virtual y unipersonal como el de las Naciones Unidas al afirmar que ni los Estados Unidos ni Israel tienen "autoridad moral sobre la lucha contra el terrorismo".

El ex piquetero-funcionario defiende de un modo explícito a Irán, soporte del terrorismo internacional, con el aval (¿solo moral?) de Chávez y en la misma línea ideológica de Hebe, madre putativa del presidente que apoyó al Hezbollah, a la ETA, y también explícitamente al piquetero-funcionario en agosto de este año con el tema de la ocupación de tierras en Corrientes (**). Los vasos comunicantes (¿virtuales o reales?) entre estos grupos de presión son evidentes(***).

El ex piquetero-funcionario, que también perteneció al movimiento Paz y Justicia manejado por Adolfo Pérez Esquivel, a la democracia cristiana y a la gobernación de Cafiero, al afirmar que: “si se derrumba Irán todo lo que hicimos en América latina va para atrás”, reconoce la estrecha ligazón de las causas revolucionarias.
La causa que anima al piquetero está manifestada con absoluta claridad en su carta al encargado de negocios iraní en Buenos Aires, Mohsen Baharvand: “La FTV, como la inmensa mayoría del pueblo argentino, rechaza toda forma de terror. Y por encima de todo, el terror de estado, como las masacres cometidas por las tropas de ocupación en Afganistán, Irak, Líbano y contra el pueblo palestino, que dejaron países devastados y centenares de miles de muertos.”
Del terror que aplican los terroristas no especifica nada, aunque al periodista imbécil se le contestará -si osara preguntar- que está implícito en “toda forma de terror”. Del terror del socialismo cubano o soviético, tampoco se lo oyó nunca hablar.
¿Quién tiene la culpa?

Un conocido dirigente socialista calificó a D’Elía como "el hombre del presidente en la calle". El presidente lo usó para el apriete y la “contención” y D’Elía usa al presidente para obtener poder y dinero para sus fines políticos. Ambos tienen en común, de un modo diferente, un particular gusto por el autoritarismo, la prepotencia, la polémica agresiva y un espíritu mesiánico.

Con Bonasso, D’Elía estuvo en primera fila de la organización del acto en Mar del Plata paralelo a la Cumbre, en la que Kirchner “retó”a Bus sirviéndoles a Hugo Chávez y a Evo Morales y al mismo Kirchner para un juego de pinzas anti USA.

D’Elía se cansó de provocar al presidente que lo nombró -con la intención de utilizarlo como ariete- con el fin de empujar los límites del autoritarismo de Kirchner hacia un socialismo mas anárquico y real. Es evidente que se siente más cómodo con Chávez o con Morales que con los Kirchner.

El destino personal del renunciado subsecretario de Tierras para el Hábitat Social y de quien lo suceda de su equipo es irrelevante.

El problema de fondo

Mientras los medios se preguntan si la despedida es real o no, o si Kirchner sale perdiendo, al mismo tiempo dejan de ver que el piquetero es y seguirá siendo un activo militante de la revolución a la violeta, que es como se hace aquí la revolución, disfrazándola bajo las apariencias de “causas populares” y “movimientos sociales”. El verdadero problema está allí. Los personajes como D’Elía solo cambian de monta y siguen con la misma militancia.

Castells, un hombre que va de frente y a quien miman los centristas como Blumberg y otros, tiene las ideas claras: "nos solidarizamos con D´Elía frente al ataque del kirchnerismo y hacemos propio el documento presentado en la embajada de Irán".

¡Que siga la fiesta! Usted paga la cuenta.

Luego de renunciado, el piquetero definió claramente a los medios la causa que apoya y los límites de su compromiso con el patagónico.

La causa: “Yo estoy orgulloso de la presidencia de Néstor Kirchner y muy comprometido por todo lo que está sucediendo en la región. Nuestra alianza es inquebrantable, estamos esperanzados en que se sigan produciendo importantísimos cambios” ... “Ratifico mi compromiso con el proyecto que encabeza Néstor Kirchner en el marco de una nueva oportunidad histórica para el continente latinoamericano, encarnada en los gobiernos de Lula, Chávez, Fidel, Evo y Tabaré”

Los límites: “Estamos arriba de un camión que va a 120 kilómetros por hora y no podemos pegar volantazos. Pero si el camión gira hacia Wall Street, los demócratas y Hillary Clinton por ahí ya no estemos más nosotros.”
Y para los demás ... ¿que queda?

Mientras tanto, quienes pensamos distinto, sabemos que no tenemos derecho a ser miserables, ni tenemos derecho a la desesperanza.

Debemos y podemos hacer pié en nuestros principios y valores por encima de nuestra conveniencia personal, para no convertirnos en desdichados o infelices o abatidos o debilitados o decaídos, o en mezquinos o perversos, o en abyectos y canallas, y a carecer por fin de valor y de fuerzas.

Para ello solo nos queda inspirar nuestras acciones y reflexiones en los principios y la moral, y ocuparnos de que surjan finalmente los líderes y una verdaderamente “nueva política” digna de ese nombre. Debemos creer en que el poder de la virtud política y de los políticos virtuosos –en el sentido aristotélico- debería estar algún día por encima del poder de los miserables.


(*) Miembro del Comité Consultivo de Atlas 1853 – plopezherrera@gmail.com
(**) Doña Hebe, también le marca la cancha al presidente: “Las Madres nos ocupamos, nos preocupamos, hacemos, vamos, venimos, construimos. Pero hay cosas que no nos vamos a bancar. Hay cosas que no nos vamos a callar.” ... “Misiones... Por un lado está Rovira, que todo el mundo ya sabe lo que es. Por el otro lado, el cura. ¿Pero saben lo que me asusta? Que se agrupan todos los fachos contra Rovira, como si Rovira fuera de izquierda. Y yo hoy cuando leí el diario no podía creerlo. Y ahí me descoloqué. Porque para mí Rovira es un hijo de puta, pero si toda la derecha se pone contra él, quién es Rovira. ¿Es mejor o es peor? Si se va Rovira, ¿viene Macri, viene Lavagna? No entiendo...” (26.10.2006) (***) Estos vasos comunicantes comprendieron con mayor o menor compromiso a personajes como el Chacho Álvarez, el finado Carlos Auyero, el padre Farinello, De Gennaro, Mary Sánchez, y tantos otros como Chávez Lula y Morales. Cabe preguntarse ¿quién utiliza a quién en estos juegos de poder?

D' Elia: los miserables y el poder

D' Elia: los miserables y el poder

Por Pablo López Herrera (*)

Colgamos a los pequeños ladrones.
A los grandes les damos un cargo público.
Esopo

Las luces del escenario de la semana política nos muestran la salida de D’ Elia como si hubiera sido el efecto de una reacción saludable del Presidente. Más que analizar un asunto de Estado, buscamos en nuestro interior el calificativo mas aplicable para los protagonistas, y nos surge espontaneamente el de miserables.Todo el acontecimiento obedece a la lógica de este tipo de personajes. Como hay diferentes modos de ser miserable, y de todos hay en nuestro país, haremos unas disquisiciones sobre el tema en general de los miserables, y el análisis de la provocación del piquetero y sus resultados luego.

Los cuatro tipos del miserable argentino

El “mataburros” nos da cuatro acepciones de la palabra miserable. Las cuatro nos sirven para calificar varios grupos sociales –colectivos dirían los españoles modernos- que son victimarios o victimas en Kirchnerlandia.

Con la primera acepción, que es la de “desdichado o infeliz” podemos calificar a la población en general. Particularmente la gente que trabaja y contribuye con sus impuestos a mantener a los energúmenos, los manipuladores, y de un modo más general al circo del poder público que vive de los impuestos y las retenciones, dineros que en lugar de ser utilizados para generar más riqueza y más trabajo se volatilizan y esfuman tras los manejos de los charlatanes de la política.

Con la segunda acepción: “abatido, debilitado, decaído, sin valor ni fuerza” calificamos a la innumerable cantidad de personas -que no forman parte de los sectores mas favorecidos- que se agotan en la esterilidad de sus esfuerzos para sobrevivir y crecer, y se entregan finalmente al convertirse nuestro país cada vez más en un campo hostil para las actividades económicas, políticas y sociales que deberían disponer de un marco interno mucho más favorable, o por lo menos neutro.

Con la tercera acepción comprendemos a los que solo tienen en cuenta su interés, generalmente pecuniario, y el de su núcleo de pertenencia: los “mezquinos”; ya sea en lo económico, o en la falta de entrega personal. Aquí no se puede dejar de pensar en la gran necesidad de liderazgos personales, y en las dificultades que encuentran quienes luchan por las ideas de la libertad económica y política para financiar sus actividades, mientras los principales beneficiarios miran para otro lado cuando de contribuir se trata. Aquí estarían los que alguien calificara como “miserables VIP”.

Con la cuarta acepción nos referimos a los “perversos, abyectos y canallas”. Y aquí, sin entrar en calificaciones personales, no podemos dejar de pensar en que tenemos que discurrir sobre el tema del título, y al juego al que se han prestando tanto el presidente como D’Elía.

La provocación del piquetero y sus resultados

Sería tan superficial quedarse con reflexiones sobre calificativos como minimizar la importancia del piquetero de afilada lengua y lanza en ristre. Porque atrás de las componendas, de las operaciones políticas y de los ruidos de la comunicación, hay algo más importante y grave. La sociedad no es la misma luego del paso de estos personajes, para peor.

El ex piquetero-funcionario asume un rol como el de una Corte Suprema unipersonal y se pone por encima de la decisión de la justicia argentina al juzgar al dictamen judicial que acusa a Irán por el atentado a la AMIA como si no fuera funcionario público.

El ex piquetero-funcionario se pone por encima del presidente y del ministro de RREE al hacer la presentación de su carta en mano y con foto al encargado de negocios de Irán. Asume una especie de rol virtual y unipersonal como el de las Naciones Unidas al afirmar que ni los Estados Unidos ni Israel tienen "autoridad moral sobre la lucha contra el terrorismo".

El ex piquetero-funcionario defiende de un modo explícito a Irán, soporte del terrorismo internacional, con el aval (¿solo moral?) de Chávez y en la misma línea ideológica de Hebe, madre putativa del presidente que apoyó al Hezbollah, a la ETA, y también explícitamente al piquetero-funcionario en agosto de este año con el tema de la ocupación de tierras en Corrientes (**). Los vasos comunicantes (¿virtuales o reales?) entre estos grupos de presión son evidentes(***).

El ex piquetero-funcionario, que también perteneció al movimiento Paz y Justicia manejado por Adolfo Pérez Esquivel, a la democracia cristiana y a la gobernación de Cafiero, al afirmar que: “si se derrumba Irán todo lo que hicimos en América latina va para atrás”, reconoce la estrecha ligazón de las causas revolucionarias.
La causa que anima al piquetero está manifestada con absoluta claridad en su carta al encargado de negocios iraní en Buenos Aires, Mohsen Baharvand: “La FTV, como la inmensa mayoría del pueblo argentino, rechaza toda forma de terror. Y por encima de todo, el terror de estado, como las masacres cometidas por las tropas de ocupación en Afganistán, Irak, Líbano y contra el pueblo palestino, que dejaron países devastados y centenares de miles de muertos.”
Del terror que aplican los terroristas no especifica nada, aunque al periodista imbécil se le contestará -si osara preguntar- que está implícito en “toda forma de terror”. Del terror del socialismo cubano o soviético, tampoco se lo oyó nunca hablar.
¿Quién tiene la culpa?

Un conocido dirigente socialista calificó a D’Elía como "el hombre del presidente en la calle". El presidente lo usó para el apriete y la “contención” y D’Elía usa al presidente para obtener poder y dinero para sus fines políticos. Ambos tienen en común, de un modo diferente, un particular gusto por el autoritarismo, la prepotencia, la polémica agresiva y un espíritu mesiánico.

Con Bonasso, D’Elía estuvo en primera fila de la organización del acto en Mar del Plata paralelo a la Cumbre, en la que Kirchner “retó”a Bus sirviéndoles a Hugo Chávez y a Evo Morales y al mismo Kirchner para un juego de pinzas anti USA.

D’Elía se cansó de provocar al presidente que lo nombró -con la intención de utilizarlo como ariete- con el fin de empujar los límites del autoritarismo de Kirchner hacia un socialismo mas anárquico y real. Es evidente que se siente más cómodo con Chávez o con Morales que con los Kirchner.

El destino personal del renunciado subsecretario de Tierras para el Hábitat Social y de quien lo suceda de su equipo es irrelevante.

El problema de fondo

Mientras los medios se preguntan si la despedida es real o no, o si Kirchner sale perdiendo, al mismo tiempo dejan de ver que el piquetero es y seguirá siendo un activo militante de la revolución a la violeta, que es como se hace aquí la revolución, disfrazándola bajo las apariencias de “causas populares” y “movimientos sociales”. El verdadero problema está allí. Los personajes como D’Elía solo cambian de monta y siguen con la misma militancia.

Castells, un hombre que va de frente y a quien miman los centristas como Blumberg y otros, tiene las ideas claras: "nos solidarizamos con D´Elía frente al ataque del kirchnerismo y hacemos propio el documento presentado en la embajada de Irán".

¡Que siga la fiesta! Usted paga la cuenta.

Luego de renunciado, el piquetero definió claramente a los medios la causa que apoya y los límites de su compromiso con el patagónico.

La causa: “Yo estoy orgulloso de la presidencia de Néstor Kirchner y muy comprometido por todo lo que está sucediendo en la región. Nuestra alianza es inquebrantable, estamos esperanzados en que se sigan produciendo importantísimos cambios” ... “Ratifico mi compromiso con el proyecto que encabeza Néstor Kirchner en el marco de una nueva oportunidad histórica para el continente latinoamericano, encarnada en los gobiernos de Lula, Chávez, Fidel, Evo y Tabaré”

Los límites: “Estamos arriba de un camión que va a 120 kilómetros por hora y no podemos pegar volantazos. Pero si el camión gira hacia Wall Street, los demócratas y Hillary Clinton por ahí ya no estemos más nosotros.”
Y para los demás ... ¿que queda?

Mientras tanto, quienes pensamos distinto, sabemos que no tenemos derecho a ser miserables, ni tenemos derecho a la desesperanza.

Debemos y podemos hacer pié en nuestros principios y valores por encima de nuestra conveniencia personal, para no convertirnos en desdichados o infelices o abatidos o debilitados o decaídos, o en mezquinos o perversos, o en abyectos y canallas, y a carecer por fin de valor y de fuerzas.

Para ello solo nos queda inspirar nuestras acciones y reflexiones en los principios y la moral, y ocuparnos de que surjan finalmente los líderes y una verdaderamente “nueva política” digna de ese nombre. Debemos creer en que el poder de la virtud política y de los políticos virtuosos –en el sentido aristotélico- debería estar algún día por encima del poder de los miserables.


(*) Miembro del Comité Consultivo de Atlas 1853 – plopezherrera@gmail.com
(**) Doña Hebe, también le marca la cancha al presidente: “Las Madres nos ocupamos, nos preocupamos, hacemos, vamos, venimos, construimos. Pero hay cosas que no nos vamos a bancar. Hay cosas que no nos vamos a callar.” ... “Misiones... Por un lado está Rovira, que todo el mundo ya sabe lo que es. Por el otro lado, el cura. ¿Pero saben lo que me asusta? Que se agrupan todos los fachos contra Rovira, como si Rovira fuera de izquierda. Y yo hoy cuando leí el diario no podía creerlo. Y ahí me descoloqué. Porque para mí Rovira es un hijo de puta, pero si toda la derecha se pone contra él, quién es Rovira. ¿Es mejor o es peor? Si se va Rovira, ¿viene Macri, viene Lavagna? No entiendo...” (26.10.2006) (***) Estos vasos comunicantes comprendieron con mayor o menor compromiso a personajes como el Chacho Álvarez, el finado Carlos Auyero, el padre Farinello, De Gennaro, Mary Sánchez, y tantos otros como Chávez Lula y Morales. Cabe preguntarse ¿quién utiliza a quién en estos juegos de poder?

viernes, noviembre 10, 2006

La difícil amnistía que muchos deseamos ...

Los vencedores de ayer son los perdedores de hoy. Y entre el otoño que fue y la primavera que esperamos habrá un largo invierno por delante. Pasados 25 años del ultimo enfrentamiento entre argentinos, da la impresión que nuestra sociedad ha aprendido poco de la historia.

Parecería también que si en algún momento se llegaran a repetir circunstancias similares, se volvería otra vez a enfrentamientos cada vez mas fuertes de consecuencias gravosas en vidas y daños, o se caería en uno de esos despotismos de larguísima duración, que también conoció nuestro país.


Recomiendo a quien desee profundizar el tema, la lectura de un largo escrito con el que uno de los constituyentes de 1853 quiso contribuir a la pacificación bregando por una amnistía, a la salida de las largas y sangrientas luchas que precedieron el período de organización nacional(*).

150 años después, los mismos razonamientos desplegados en 1854 son aplicables. Pero a diferencia de lo que ocurre ahora, en aquellos tiempos fue un alegato por una amnistía dirigido desde el mismo sector político al poder vencedor en la lucha. Hoy un pedido de amnistía sería un alegato de los ganadores de la guerra a los vencedores de la “paz”. La pequeña diferencia ...

En mi opinión, quienes ocupan el poder ahora tienen por lo menos cuatro razones para no otorgar ninguna amnistía.

La primera es que para ellos, la política es la continuación de la guerra por otros medios. Por eso hacen lo que hacen.

La segunda es que siguen “dominados por los mismos odios y venganzas” -y temores- que motorizaron una subversión que fue contra un gobierno legítimo, pero que antes fue contra principios y valores. Es en este ultimo punto donde radica el secreto de su victoria. Vencidos los principios y valores, lo demás es limpiar el terreno. Además, “a los que odian” les resulta incompatible la generosidad y la grandeza.

La tercera es que, como dijo Facundo Zuviría en el escrito mencionado, “la amnistía es un tratado honroso, a manera de tratado publico, entre dos partidos beligerantes”. Aquí -donde no hay dos partidos beligerantes sino tan solo uno- la misma debería ser un acto de magnanimidad del gobierno, que no parece haber dado ningún signo en este sentido. Por el contrario, donde puede va generando odios y rencores. En consecuencia solo quedaría que alguien pudiera imponer un “tratado honroso”, lo que sería una utopía.

La cuarta es que como se quiere castigar sin fundamento, en realidad lo que están haciendo quienes nos gobiernan es mantener en vigencia las mismas causas que produjeron la lucha política. Y en eso estamos ...


plopezherrera@gmail.com

(*) ver texto completo del escrito aquí mismo: www.pablolopezherrera.blogspot.com

domingo, noviembre 05, 2006

Un viajero en Argentina hace 100 años (II parte)


Un viajero en Argentina hace 100 años (II parte)

Por Pablo López Herrera (*)

“Porque de pronto, lo peor se convierte
en lo mejor para los bravos.”
Robert Browning, Prospice


En la primera parte de este artículo, veíamos como eran evidentes al ojo del viajero despierto de principios del siglo XX que algunas de nuestras costumbres políticas (**) no parecen depender de la situación histórica, puesto que existían ya en esos años de gran desarrollo, y continúan en mayor o menos grado en nuestros días.

Entre ellas la intromisión del gobierno central en la vida de las provincias, la manipulación de todo el sistema representativo, y particularmente el armado de tinglados electorales para condicionar los resultados, con la intención de que el gobernante que se cesa en el cargo influya sobre la elección del que viene. Mas abajo transcribo la traducción de algunos párrafos coloridos acerca de la mecánica de los comicios.

Hace una semana tuvimos un ejemplo en Misiones con todos los ingredientes de las malas artes políticas arraigadas en nuestros dirigentes y algunas de las buenas. Con sorpresa para muchos -entre los que me incluyo- el sentido común unido a la decencia y a los intereses políticos de los que están afuera y quieren entrar, dobló el brazo del poder e hizo respetar el principio de la no reelección ilimitada, pese un despliegue de dádivas en el que las famosas zapatillas de Ruckauf quedaron como regalos de Primera Comunión al lado del maná Kirchnerista sobre las clases necesitadas.

Este fin de semana, el Congreso de Evangelización de la Cultura que tuvo por tema “Los católicos en la Sociedad Civil y la Política” mostró también que se están abriendo nuevos caminos. En la medida en que los pobladores asuman el rol de ciudadanos, hay motivos para la esperanza. Queda mucho trabajo por delante para los hombres y mujeres de buena voluntad.

Del contraste del texto que acompaño con la realidad de nuestro tiempo, me surgen dos reflexiones. La primera es que con movilización y control de los comicios, es posible doblegar la manipulación electoral. No es poco. La segunda es que el enquistamiento en las estructuras municipales, provinciales y nacionales de los aparatos políticos va a ser mucho mas difícil de erradicar, habida cuenta de las dimensiones del problema y de los “derechos adquiridos” de todos los que integran el aparato estatal por la sola razón de su militancia y con el solo objeto de la financiación de los aparatos con el dinero de los contribuyentes.

He aquí la traducción de los párrafos mencionados, que nos muestran que en algunas cosas hemos mejorado:

“... las elecciones tienen lugar. Los electores inscriptos eligen con el modo de escrutinio llamado universal los delegados presidenciales que, a su vez, elegirán al presidente de la republica. La lista de esos electores la hacen en la capital los comisarios de barrio. Después de haber buscado a domicilio a todos los ciudadanos susceptibles de votar, les dejan un boletín que les permitirá retirar en la municipalidad su carnet de voto. De hecho, sobre 100.000 individuos que llenan las condiciones para ser electores, 70.000 apenas vendrán a buscar su carnet, 35.000 votarán, y de estos últimos, 10.000 a 15.000 lo harán según sus preferencias; el resto venderá su voto.

La semana que precede a la elección, los agentes de los partidos activan la propaganda, van a las casas en las ciudades, arengan a los peones y capataces en el campo. Llega el día de la elección. El escrutinio se realiza en el atrio de las iglesias. Por cada 200 electores inscriptos se organiza una mesa, compuesta generalmente por los amigos del o de los candidatos. Los “electores” aparecen, teniendo en la mano su boletín, reconocible por su formato o por un signo cualquiera conocido por los que realizan el escrutinio, que van enviando cada veinte minutos a la mesa central de la parroquia la evaluación de los votos a favor de sus candidatos. Los anotan en un pizarrón, mintiendo naturalmente, sobretodo al principio, para dar ánimo a los dubitativos.

A partir del medio día, aparecen los vendedores de votos y discuten las ofertas
-Somos treinta. ¿Cuánto nos da?
-Veinte piastras, si las quiere. Estamos contentos con los votos que tenemos y no necesitamos los suyos. Pero como son amigos, les ofrezco veinte centavos
-¡Veinte piastras! ¿Nos toma por indios?

Los vendedores se van al partido adversario, con la esperanza de una mejor oferta.

Si el adversario no se deja persuadir, vuelven al primero y vuelven a negociar. (...) Hacia las tres y media, media hora antes del cierre de los comicios, los precios suben. Se paga un voto 50, 60 u 80 piastras; ¡a veces la cotización llega hasta 150 a 200 piastras!

En tiempos de escrutinio uninominal, se vio candidatos amenazados por los resultados inminentes que ya habían gastado 30.000 piastras, mandar agentes por todos lados durante la última hora para recolectar a cualquier precio los votos faltantes. Prefiriendo pagar 10.000 piastras mas para no perder los 30.000 ya gastados.

Ese día, todos los carruajes y automóviles de alquiler, y los coches de los amigos de los candidatos son requisados porque muchos de los que venden su voto, exigen además, para ir a votar, el auto que los hará pasear con su familia, mujer e hijos. Como es la única oportunidad que tienen para subir a un auto, aprovechan. Saliendo del escrutinio, van a las carreras, donde – en la ultima elección- se verificó un aumento significativo de las apuestas.

De una punta a la otra del país, que se trate de la elección de un diputado provincial, o de los electores, la venalidad de los sufragios es la misma. (...)

En el atrio de la iglesia, enrejado, seis mesas en las que los escrutadores inscribían el nombre de los votantes que se presentaban. Estos llegaban en filas, conducidos por un agente del candidato oficial. Cerca del atrio, un soldado se acercaba, los palpaba de armas y los dejaba avanzar hasta la mesa. Allí uno de los escrutadores tomaba el boletín, lo desplegaba fríamente y lo introducía en la urna. (...) Habiendo entregado el boletín, los votantes esperaban que un agente les entregara las botellas de ginebra alineadas en las mesas, y salían en fila, tomando del pico, y en su mayoría balanceándose, se dirigían hacia un lugar en la plaza donde se juntaban los votantes. (...) Como el candidato había comprado muchas libretas cuyos titulares estaban ausentes o muertos, y era necesario utilizar esos votos, los mismos individuos volvían varias veces al atrio, sin olvidar a cada vez de reclamar su anís o su ginebra. Nos quedábamos mirando con interés ese espectáculo, viéndolos volver cada vez más borrachos. Éramos los únicos. La gente del país, soldados, escrutadores, y el mismo cura que estaba allí encontraban eso tan natural que ni se daban cuenta. (...)

Así viciadas en el origen, las elecciones no expresan la voluntad de la nación. Las consecuencias de esas costumbres políticas no escapan a los argentinos clarividentes. Lo más grave es el completo desinterés de las masas respecto de los intereses del país, la muerte de todo sentimiento cívico, o por lo menos la imposibilidad de que este nazca.

Es además la plaga de los funcionarios públicos. Tanta gente se ocupa de la política y de las elecciones que, terminada la campaña, es necesario encontrar una sinecura para recompensar los servicios prestados. Esos perezosos hambrientos e inútiles, gravan considerablemente el presupuesto de ciudades, provincias y del estado nacional. (...) A nadie le importa la competencia de los funcionarios.

En Corrientes, por ejemplo, se nombró como profesor de francés a un agente electoral que solo conoce el guaraní y un poco de español. Hay que resaltar que en esos casos, los nombramientos se envían en blanco para ser otorgados a esos prestadores de servicios políticos. En síntesis, hay que darle una renta al lingüista...”

(*) Miembro del Consejo Consultivo de Atlas-1853
(**)El escritor, un viajero que ya había escrito dos libros sobre los Estados Unidos, cuatro sobre Alemania y dos mas sobre nuestro país, escribe en “En Argentina. De la Plata a la cordillera de los Andes. Jules Huret. Eugene Fasquelle, editor, Paris 1913.”
(***) “piastres”en el texto original

viernes, octubre 27, 2006

Un viajero en Argentina hace 100 años (I parte)



Un viajero en Argentina hace 100 años (I parte)

Por Pablo López Herrera (*)

E la nave va ...

Conviene a veces tomar un poco de perspectiva para analizar sobre las causas de nuestros males, y revisar las opiniones que algunos extranjeros han realizado sobre nuestro país, no porque sean superiores a las nuestras, sino porque tienen menos del componente “partisano” que uno no puede dejar de tener cuando se trata de juzgar sobre uno mismo.

A principios del siglo pasado (S XX) escribió un viajero francés tres libros sobre la Argentina luego de una larga permanencia y recorridos a lo largo y a lo ancho de nuestras tierras. Estas líneas (**), fueron escritas antes de la revolución rusa, antes de la crisis de los años 30, antes de las clases medias al abordaje del poder, antes de los Moyano, de los Perón, de los Duhalde, de los Kirchner, de los Jorge Antonio o de Mendiguren, de las prebendas y los subsidios, de los gobiernos militares, de azules y colorados, antes de las dos guerras europeas, antes del nazismo y del comunismo al poder.

Me parece interesante traducir de la obra mencionada el texto que transcribo aquí abajo, que me parece refleja aspectos de nuestra idiosincrasia que aún nos acompañan. Al leer sobre las costumbres políticas y los acontecimientos que la descripción reflejaba, no podía dejar de pensar -entre muchas cosas- en Duhalde preparando el gobierno de Kirchner y amañando el sistema electoral. El problema no es unitarios o federales, conservadores o populistas. Es si en la Argentina –o en el mundo- hay lugar para que la gente decente llegue al poder, y sigua siéndolo. Mi primera conclusión es que solo hemos aumentado la cantidad de grupos de interés y que hemos aprendido poco de nuestros propios errores. Siempre estamos a tiempo de hacerlo. Pero para ello es necesario mirarnos en el espejo de nuestra propia historia.

Los párrafos que he traducido, están escritos teniendo a la vista la llegada de Sáenz Peña a Buenos Aires, y las manifestaciones en su apoyo o en su contra.

Antes de las elecciones, se leía lo siguiente en una publicidad escrita, “entre los avisos de un perfumero y de un vendedor de corsés, UNION CÍVICA - UDAONDO, candidato de la oposición, a actuado siempre en el interés del pueblo. En 1890 defendió Buenos Aires en el parque. En 1893, presidió la Asamblea revolucionaria de la provincia, y gobernó Buenos Aires con el pueblo y para el pueblo.” Amén ...

He aquí el texto:

Aunque la era de las revoluciones parece terminada en Argentina -salvo la aleatoriedad de una crisis económica larga y generalizada- el país sufre y sufrirá mucho tiempo todavía por las costumbres funestas que favorece desde hace un siglo la inestabilidad de su vida política.

Cuando en 1853, desembarazada de una tiranía que duraba ya un cuarto de siglo, la Argentina resolvió gobernarse a sí misma, adoptó como modelo de su Constitución la de los Estados Unidos. Parece que ese régimen federal, basado en la autonomía provincial, debiera convenir a un país tan vasto como este, en el que una sola provincia, la de Buenos Aires, es casi igual a tres quintos de Francia. Pero para aplicarla en su verdadero espíritu hubiera sido necesaria una verdadera educación política lejos de estar terminada en ese entonces, que tampoco está terminada ahora, y un estado de prosperidad general que la Argentina no conoce sino hace pocos años.

Dijo Taine que los gobiernos son como los indígenas, que –transplantados- languidecen o mueren.

Los argentinos clarividentes repiten con ganas el siguiente razonamiento:

Hemos tomado prestado un traje hecho para otro. En nuestra prisa por librarnos de una tiranía odiosa, fue necesario contentarse con una constitución que no fue ni el fruto de deliberaciones populares, ni el resultado de las meditaciones y discusiones de una elite. Por otra parte, una constitución vale sobre todo por los hombres que la aplican. Aquí fue rápidamente viciada por el entrometimiento del poder central sobre los poderes provinciales.

¿Hay que lamentarlo? No. Porque la mayoría de las provincias dotadas de autonomía eran incapaces de gobernarse ellas mismas y sobre todo de autoabastecerse. Pobres o mal explotadas, algunas casi deshabitadas, ellas debieron, para subsistir, aceptar o inclusive solicitar la colaboración del gobierno central, contar con él para completar el déficit de sus presupuestos, para tener ferrocarriles, puertos, telégrafos, escuelas, trabajos de riego, etc. , lo que sus escasos ingresos no les permitían. A cambio, se sometían con representantes dóciles a los proyectos del gobierno central. Esta sumisión forzada de sus delegados, aumentó la fuerza de este poder tan fuertemente constituido por la legislación, e hizo del presidente de la república un verdadero rey por seis años. Los ministros, elegidos por el también están sometidos. Y el nombra a todos los funcionarios de importancia. Teniendo en su mano a los gobernadores de las provincias y al congreso, el país le pertenece.

Si algún gobierno provincial intenta resistir indirectamente a través de sus diputados y senadores, si toma aires de independencia, si -en una palabra- no obedece ciegamente, es necesario que desaparezca, lo que no pasa espontáneamente. El gobernador representa, en efecto, los intereses del estado provincial, y sus derechos constitucionales frente a la capital y el gobierno central. ¿Cómo sacárselo de encima?.

De ordinario, el presidente procede por la vía de la intervención. Porque la constitución prevé que en el caso en que tumultos graves se produzcan en un estado provincial o si el mecanismo de la constitución dejara de funcionar, el presidente, con aviso al congreso, tendría el derecho de intervenir para restablecer el orden. Sólo se trata entonces de legitimar esa intervención.

El procedimiento es -en síntesis- bastante fácil. Consiste en fomentar una pequeña revolución instigada por el poder central o sus agentes, y el partido opositor al gobierno local -siempre hay uno- organiza la agitación en la capital de la provincia. Algunos turbulentos se arman con fusiles. Van a manifestarse frente a la casa de gobierno y luego a los cuarteles. Los militares y policías están en acuerdo, se disparan algunos tiros de fusil, y se mata a uno o dos agitadores y a un policía.

Entonces el gobierno central, rápido, investiga y pide al parlamento una ley que le permita intervenir oficialmente, ley que siempre es votada. Uno o dos comisionados, los “interventores” llegan a Córdoba, o a Corrientes, o a Santa Fe. Se entienden con el partido local opositor, organizan ellos mismos la abstención o la obstrucción del parlamento provincial, y declaran que, interrumpida la vida pública, hay que proceder a nuevas elecciones. Naturalmente estas se realizan bajo la vigilancia de los “interventores”. Y está todo dicho. Se eligen diputados del color que hace falta y un gobernador obediente. Y el juego está hecho.

De hecho, el sistema republicano democrático no existe aquí. Una oligarquía dirige al país, fraccionada en partidos sin programa que se disputan la presidencia, durante seis años, a fin de poder distribuir puestos y favores.

Si el presidente es un hombre con valores, no hay mucho que lamentarse por ese despotismo benefactor. Si es malo, es la anarquía y el despilfarro sin control. La política se reduce así a una política de personas. No se hacen grupos para sostener un principio, una doctrina política, económica o social, no se es ni librecambista, ni proteccionista, ni conservador, ni liberal, ni socialista. Se es partidario de cualquier cosa.

Así, encontrándose todos de acuerdo sobre las ideas directrices del gobierno, los adversarios no son enemigos. Forman parte de los mismos círculos, comparten los mismos lugares. No los anima ninguna pasión verdadera, que no sea la del propio interés personal.

Entonces es necesario que se cuiden los unos a los otros, a fin de conservar en cada campo la posibilidad de una influencia, de un favor. Y como todos se conocen, y son unos miles para compartir la torta oligárquica, atenúan rápido la vivacidad de sus respectivas opiniones para no herirse recíprocamente.

La prensa, por la libertad extrema de sus polémicas, satisface su combatividad y su violencia contenida y es -a veces- de una brutalidad increíble.

Si las elecciones, en general, tienen lugar en la mas profunda indiferencia de la nación que sabe perfectamente que su voto sería en vano, la aproximación de una elección presidencial despierta un poco más las pasiones.

Nada más allá de lo razonable, sin embargo, porque se sabe también que el presidente está elegido de antemano, designado por el presidente en el poder. Y además, la parte de la nación que se agita está limitada a la burguesía dirigente, conservando el pueblo su indiferencia y escepticismo de costumbre.

Pero el simulacro del libre sufragio debe tener lugar, y se crea una agitación artificial en los colegios electorales. Se han instalado los comités y nombrado los delegados. La campaña presidencial comienza...



(*) Miembro del Consejo Consultivo de Atlas-1853
(**)El escritor, un viajero que ya había escrito dos libros sobre los Estados Unidos, cuatro sobre Alemania y dos mas sobre nuestro país, escribe en “En Argentina. De la Plata a la cordillera de los Andes. Jules Huret. Eugene Fasquelle, editor, Paris 1913.”

jueves, octubre 26, 2006

Liderazgo político

Una visión inspirada en principios y valores


Introducción


El presente trabajo, tiene que ver con el tema del liderazgo, como un tipo de conducta general, y en su relación con los valores, con la formación de líderes, con el mismo ejercicio del liderazgo y con el liderazgo en el cambio.

Pero también más específicamente con el liderazgo político, y con algunos elementos que en mi opinión deberían ser guía para quién pretenda asumir su vocación política en base a los principios de la Iglesia.

Mi aproximación al tema del liderazgo, surgió a partir de mi interés en la conducta de dos exploradores de la Antártida a comienzos del siglo XX: Scott y Shackleton, que organizaron y dirigieron expediciones en las que me se puso de manifiesto –particularmente en su comparación con el viaje de Amudsen- la necesidad de analizar al liderazgo como una disciplina con características propias.

Por el interés y la disponibilidad de material de estudio, me concentré en la expedición de Shackleton de 1914 realizada en un contexto de cambio permanente, analizando aquellas características de la personalidad y de la conducta de Shackleton por cuyo ejercicio se lo considera hoy un modelo de “líder”. Con mis conclusiones preliminares, analicé también textos del propio Napoleón con observaciones sobre las características de los jefes militares que él admiraba, y un análisis de La Bruyère sobre las características del buen soberano. De esa manera elaboré “siete vectores del liderazgo” que me parecen interesantes como contribución para la formación de líderes, o más bien de “redes de liderazgo”. Y como la diferencia entre liderazgo reside en gran parte por los valores que los inspiran, tomé unas reflexiones del propio Napoleón sobre si mismo y del Mariscal Foch sobre Napoleón, que ayudan a poner un foco de luz en tal crucial problema.

El contexto en el que evolucionamos en este principio de siglo, nos muestran que se requerirá de verdaderos líderes para superar desafíos como los cinco siguientes que se nos plantean, y que expongo a título de ejemplo, y sin la pretensión de ser exhaustivo ni completo en el análisis:

1. Existe incertidumbre respecto del futuro, especialmente en numerosos jóvenes, afortunadamente no en todos.
2. El ambiente social favorece a veces la indiferencia, la hermeticidad y la atomización
3. Para muchos, el dinero y el “éxito” constituyen en si mismos falsos indicadores de realización individual y social.
4. La emoción reemplaza en oportunidades a la inteligencia en las conductas individuales y sociales, donde no debería hacerlo.
5. Los marcos sociales de referencia no están totalmente integrados, lo que produce a veces la sensación de falta de sentido o de proyectos compartidos.

Ser católico implica vivir las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia. A los elementos generales de un liderazgo compatible con la ley natural, deben agregarse las exigencias de la Fe.

En ese sentido, agrego unas consideraciones generales sobre el católico y la política, apoyado en palabras del Cardenal Bergoglio, algunas consideraciones sobre las que son –en mi opinión- algunas de las exigencias de la hora, y una propuesta de 10 principios para la acción política del católico.


La esencia del liderazgo

Comencemos por dar algunas imágenes sobre lo que consideramos liderazgo. La esencia del liderazgo, en mi opinión consiste en el arte de la alineación con objetivos de conducta (individual o colectiva) y en el esfuerzo y la perseverancia para seguir luchando por esos objetivos. Se muestra cuando alguien da un paso al frente para hacerse cargo de un proyecto personal o social.

La esencia del liderazgo consiste en la impresión de sentido y de impulso. Normalmente se traduce en un esfuerzo colectivo que lleva a un conjunto humano en una o varias direcciones.

Para saber de quienes estamos hablando, entiendo que los líderes, “no son únicamente quienes ocupan cargos directivos”, como lo afirma Chris Lowney.


El liderazgo no es para “elegidos”
sino para todo aquel que se “hace cargo”
de una tarea o de una misión,
por mas pequeña que sea.


En este sentido y en síntesis, diría que liderar es dar un paso al frente. Y todos podemos –y quizás debemos- dar en nuestras vidas ese paso al frente que divide el antes del después. De ahí que el interés en estos temas sea general y no solamente para “elegidos”.

Antes de presentar “los siete vectores del liderazgo y su dinámica”, veamos como se producen los resultados, las “cuatro” causas que los provocan, cual es el marco de referencia del líder y como se produce el encadenamiento de los liderazgos y la actividad humana “colectiva”. De esta forma el sentido de los “siete vectores” podrá ser analizado por cada uno con mayor sentido práctico, y así mi aporte será mas útil para los asistentes.


Sobre los cambios en general y las causas que los provocan

Si vamos mas atrás en el tiempo, Aristóteles, preceptor de Alejandro Magno, consideraba que las cosas estaban en potencia cuando “podían” ser y en “acto” cuando ya eran realidad. Y para que algo pasara del “no ser”al “ser”, eran necesarias las causas.

Hoy nos resulta obvio que los cambios tienen relación directa con las causas que los producen. Para Aristóteles las causas que hacen que algo que pueda pasar del “no ser” al “ser” son de cuatro tipos:

1. La causa formal aporta la forma, la esencia. Es la idea, la visión, el concepto, la visualización: Ej. Los planos de la casa.

2. La causa material es aquello de lo que esta hecho algo. Son los materiales, las herramientas, los instrumentos: Ej. El terreno donde se va a construir la casa.

3. La causa eficiente es lo que produce la cosa. El proceso. Ej. El arquitecto, los albañiles, la energía, el trabajo que levanta la casa.

4. La causa final es aquello para lo que se hace algo. La meta. El resultado. Para que se vaya a usar. Ej. La casa terminada.

Esto que parece teórico es absolutamente relevante: la idea no es la casa; los materiales solos no son la casa; el trabajo y la energía solos no hacen la casa; y la finalidad no es la casa.
Para que determinada casa exista debe existir la idea que da la forma, lo material con lo que se construye, los procesos y el trabajo que transforman la idea y los materiales en algo determinado, y la finalidad o el objetivo que se comparará con el plano o la idea original.

El que hace proyectos, el acumulador, el que trabaja y el que tiene objetivos claros, producen diferentes cambios según lo hagan con el mismo sentido o con sentido diferente. Parece evidente, pero la realidad muestra que es mas difícil de lo que parece. El rol de los liderazgos es precisamente lograr el sentido.


El marco de referencia del líder

Vistas las causas que producen los resultados, pongámonos en la piel de quien quiere dar un paso adelante y asumir su propio liderazgo.

¿Cuál es el marco de referencia en el que tendrá que moverse como “líder”?

Henry Mintzberg en “El trabajo del directivo” (*) propone tres conjuntos cuya interacción constituyen lo que llamo “el marco de referencia del líder”, que son sus “áreas de trabajo” o su “teatro de operaciones propio”.

El trabajo sobre estas tres áreas muestra o define la envergadura de un líder.

1. Hay una “área o entorno superior”, constituida por las ideas, la planificación, la misión y objetivos que se plantea quien asume un rol de liderazgo.

2. Hay, en segundo término, un “área personal” que constituye la esfera íntima que salvo raras ocasiones no abre a terceros en su totalidad.

3. Y hay, finalmente una “área del grupo de trabajo” que es donde se produce el contacto con los demás.

El verdadero líder, mantiene un ojo abierto en permanencia sobre estas tres áreas y sobre la interacción de las mismas, y un diálogo interior consigo mismo.

En su concepción de la gestión de los negocios Larry Bossidy y Ram Charam (**) mencionan tres áreas que entran en la esfera de acción del directivo: el planeamiento, las personas y los procesos.

(*) El trabajo del directivo – Harvard Business Review - Henry Mintzberg (Catedrático Universidad McGill Montreal e INSEAD de Fontainebleau)

(**)“El arte de la ejecución en los negocios”, Larry Bossidy (Pte. Honeywell Int. – ex GE) & Ram Charam (Consultor, catedrático de Harvard y Kellog)



Grandes ideas + vida interior intensa +
relación con el grupo de trabajo buena calificada e intensa
= liderazgo significativo y positivo



Carencia de ideas + vida interior escasa +
relación con el grupo de trabajo mala, y superficial
= liderazgo escaso y nefasto



El encadenamiento de los liderazgos y la actividad humana

Hablé al principio de “redes de liderazgo”.

En efecto, los liderazgos personales se van encadenando, y es así que los grandes cambios se producen por un encadenamiento de liderazgos.

Los resultados de toda actividad humana son una “función” de las ideas o de la falta de ellas, de los hombres que las tienen o que carecen de ellas y de la acción de unos y la omisión de otros.


La interacción de personas y grupos que tengan similares o diferentes ideas y que actúen o dejen de actuar produce diferentes resultados.

Todo lo que se va produciendo desde el origen del hombre, tiene que ver con este sencillo razonamiento. De ahí que cuando se pretende lograr determinada realidad individual o social, lo que se vaya haciendo sea ir encadenando acciones o actividades de liderazgos individuales alineados en torno a un objetivo común.

Así los efectos de los liderazgos “cruzados” o de la falta de liderazgos son los que producen el mundo real en el que vivimos.


Los siete vectores del liderazgo

Una vez que hemos visto como se producen los resultados, las “cuatro” causas que los provocan, cual es el marco de referencia del líder y como se produce el encadenamiento de los liderazgos y la actividad humana “colectiva”, podremos exponer los “siete vectores del liderazgo”, que podrán ser analizados por cada uno con mayor sentido práctico, y así mi aporte será mas útil para los asistentes. Los llamo vectores y no atributos, aunque lo sean, por dos razones. Por un lado, no constituyen improntas permanentes de la personalidad o de la conducta. Por el otro, no deben observarse como “objetos de contemplación” estáticos, sino como causas de cambio o de transformación del contexto. Y en ese sentido, son absolutamente dinámicos y generadores de sentido.

A ellos llegué realizando un análisis y agrupación de una centena de características que relevé de la conducta de Shackleton, más las observaciones del propio Napoleón sobre las características de los jefes militares que él admiraba, y el análisis de La Bruyère sobre las características que pare él debía poseer “el buen soberano”.

¿Cuáles son estos siete vectores?

•Profesionales: idoneidad, experiencia, conocimientos
•Conceptuales: criterio, sentido común, timing, alineamiento, discernimiento, capacidad de prever, de oír
•Emocionales: carácter, temperamento, fe en si mismo, impulso a la acción
•De relación: sociabilidad, comunicación
•De mando: capacidad de conducción, motivación, animación del grupo
•Logísticos: capacidad de manejar los aspectos materiales de los proyectos, calidad de ejecución
•Éticos: capacidad de discernir el bien y el mal e intentar practicar el primero antes que el segundo


La integración dinámica de los vectores

¿Cómo se integran los vectores que anidan en cada “líder”?

Los “vectores de liderazgo” se integran y convierten en dinámicos y en causas de cambios en el “entorno” mediante la “energía” (las pilas...) que pone el que quiere asumir ese rol. Si se observan las características del tipo de pensamiento y las formas de actuar de una persona, se pueden determinar las características que asumirá un liderazgo determinado.

En el cuadro que sigue, se pueden ver algunas de estas características -a mi modo de ver esenciales- que ayudan a prever los resultados en el “entorno” de la acción de los líderes.

Alineación y esfuerzo

Integración positiva

Si el pensamiento está orientado a ...

Futuro
Objetivos sociedad
Confianza
Normas
Integración
Escucha

Si su energía está orientada a ...

Acción
Entusiasmo
Insistencia
Unidad
Rapidez
Orden

Integración negativa

Si el pensamiento está orientado a ...

Pasado
Propios
Desconfianza
Anomia
Egocentrismo
Autismo

Si la energía está orientada a ...

Pasividad
Apatía
Abandono
Destrucción
Lentitud
Desorden



Al pasar por el “tamiz” propuesto el liderazgo que queramos analizar, caemos de lleno en el terreno de los valores.



Liderazgo y valores: Napoleón y Foch

Efectivamente, el liderazgo no es indiferente a los valores ni al contexto social en el que se desarrolla.

Y para quedarnos en el terreno de las realidades, veamos un par de razonamientos efectuados por Napoleón sobre los que el consideraba los Grandes Capitanes –los líderes que admiraba y constituían para el su ejemplo- y sobre la construcción de su poder. Es lo que llamaría liderazgo con “alineación funcional”

“Los Grandes Capitanes se ajustaron a las reglas y a los principios naturales del arte, hicieron una relación inteligente entre fines y medios, fueron exactos en las combinaciones, y se esforzaron para superar los obstáculos”.

“Mi poder esta basado en mi gloria, y mi gloria en las victorias que he logrado. Mi poder caería si yo no le diera como sustento mas gloria y nuevas victorias. La conquista me hace lo que soy; solo la conquista me puede mantener”.

Y veamos ahora lo que pensaba el Mariscal Foch sobre Napoleón, cuyas observaciones nos brindan una muestra de “liderazgo con valores” en la misma profesión o actividad que Napoleón.

Decía Foch que “Napoleón se olvido de que un hombre no puede ser Dios, que por encima del individuo está la nación, y sobre los hombres, la ley moral: se olvidó de que la guerra no es el fin mas alto, porque la paz está por encima”.

Huelgan los comentarios.


¿Cómo se forma a un líder?

Dice Aristóteles en su Ética Eudemia: “Si se reúne a la vez la virtud del arte de la zapatería y la virtud del buen zapatero, la obra que resulte será un buen zapato”

Si se me permite reemplazar términos en esa “ecuación” para aplicar el razonamiento a nuestro tema, nos queda que: “Si se reúne a la vez la virtud del arte del liderazgo y la virtud del buen líder, la obra que resulte será un buen liderazgo”.

Hemos hablado ya del “arte del liderazgo”. Hablemos un poco acerca de cómo se va forjando un líder.

Para Hunter, en “La Paradoja”, hay un proceso interior que lleva al liderazgo, que tiene que ver con las ideas, los actos, el carácter y el destino. Para este autor, “las ideas se convierten en actos, los actos en nuestro carácter, y nuestro carácter en nuestro destino.”

Resulta muy interesante como fundamenta la “legitimidad ética” del líder Hunter. Para el, el líder es “alguien que, con la voluntad, asume un comportamiento que consiste en la identificación y satisfacción, de las legitimas necesidades de una empresa o proyecto a cuyo servicio esta el líder. Esta actividad, libremente elegida, asumida con responsabilidad, y realizada de modo consistente y habitual funda la autoridad que da derecho al liderazgo.”

El estilo de liderazgo que adapte cada uno, tendrá que ver con lo que haga para satisfacer esas necesidades en el contexto del propio proyecto, y del equilibrio y balance entre las necesidades que pretenda satisfacer y sus objetivos personales.

Según el modo de ver de Hunter, el líder no es el “que hace todo”. Mas bien “el liderazgo se asemeja a la acción del jardinero que se dedica a construir y a cultivar un jardín donde las plantas crecerán, obedeciendo a causas ajenas al propio jardinero”.

Cuando se ve a un líder indiscutido y se dice “líder se nace y no se hace” en realidad se omite que hubo un proceso de formación del carácter, de un modo similar al que se decía antes que la repetición de los buenos actos generaba el “hábito”de la virtud. La repetición de actos de “liderazgo” produce el “hábito” del liderazgo, y forja el carácter de líder.

La combinación de talento y carácter hace los grandes líderes, siendo el carácter el factor diferencial: “Los hombres de carácter son infinitamente más raros que los de talento. El talento puede no ser más que un don de la naturaleza. El carácter es el resultado de mil victorias logradas por el hombre sobre si mismo”. (François de Salignac de la Mothe-Jénelan – Metagnosis)

Y como «las victorias del hombre sobre si mismo» pertenecen a su intimidad, no son generalmente vistas por los demás. Y al no ser vistas , se considera que el liderazgo es un «don» que es atribuído a algunos en forma arbitraria y misteriosa. Lo que resulta tambien -a veces- un pretexto para evitar las propias responsabilidades en asumir liderazgos que la sociedad necesita.

El liderazgo sería en este sentido un tipo de conducta integrada a la formación y a la educación de la persona. Y en este sentido, entiendo que se puede y se debe «formar y educar» en «liderazgo», como se hace con las diferentes disciplinas que contribuyen a la formación, educación y capacitación de la persona.



Una visión poética del liderazgo

Tres ideas más poéticas o intelectuales que considero tienen que ver con la esencia del liderazgo:

1. "Conozco a los que buscan el mar al paso lento de sus caravanas, y que necesitan el mar. Y cuando llegan se maravillan. Y sus corazones son lavados de la esclavitud de las cosas pequeñas. Entonces cargan provisiones de inmensidad y traen a su casa la felicidad plena que han encontrado. Y la casa se cambia porque existe en algún lugar la salida del sol en la llanura, y el mar. Porque todo se abre a algo más amplio que uno mismo. Todo se hace camino y ventana sobre algo distinto de uno mismo." (Antoine de Saint-Exupéry, Ciudadela)

2. “Hay distintos modos de obtener los mismos fines, y en un entorno natural que es el mismo para todos, unos viven del robo y otros de la pesca”. (Aristóteles, Política)

3. “Ciertamente, ningún hombre viviente podría haber sido de un modo efectivo el líder de nuestra expedición. No había otro como el. El fue el Corazón, el Cerebro, el Maestro y el Guía. (*)” (Edward Evans, Segundo de a bordo en el Terra Nova, Expedición Británica a la Antártica de 1910, citado en “Al Sud con Scott”)


(*)

Corazón = Energía
Cerebro = Ideas, forma
Maestro = Transmisión
Guía = Rumbo


Los católicos y la política

En momentos en que es particularmente necesaria la acción política de los católicos, me parece conveniente retomar algunas ideas recientemente transmitidas por nuestro cardenal particularmente movilizadoras, y luego de agregar algunas consideraciones generales sobre las exigencias de la hora, proponer diez principios - tomados de aspectos constitutivos y fundantes de nuestro país y de la experiencia humana - que propongo como un marco de referencia insoslayable para que la mencionada acción política sea efectiva y constructiva.

Algunos lineamientos expresados por nuestro Cardenal

"Estamos en una instancia crucial de nuestra Patria. Crucial y fundante: por eso mismo llena de esperanza. La esperanza esta tan lejos del facilismo como de la pusilanimidad. Exige lo mejor de nosotros mismos en la tarea de reconstruir lo común, lo que nos hace un pueblo. Estas reflexiones han pretendido solamente despertar un deseo: el de poner manos a la obra, animados e iluminados por nuestra propia historia. El de no dejar caer el sueño de una Patria de hermanos que guió a tantos hombres y mujeres en esta tierra. ¿Que dirán de nosotros las generaciones venideras? ¿Estaremos a la altura de los desafíos que se nos presentan? ¿Porque no?, Es la respuesta. Sin grandilocuencias, sin mesianismos, sin certezas imposibles, se trata de bucear valientemente en nuestros ideales, en aquellos que nos guiaron en nuestra historia, y de empezar ahora mismo a poner en marcha otras posibilidades, otros valores, otras conductas. "

(Cardenal Jorge Mario Bergoglio a las comunidades educativas el 10 de abril de 2002 - revista Criterio - Junio 2002)

"... ninguna altura espiritual, ningún proyecto de grandes esperanzas puede hacerse real si no se construye y se sostiene desde abajo: desde el abajamiento de los propios intereses, desde el abajamiento al trabajo paciente y cotidiano que aniquila toda soberbia ... lo mejor es dejar que el Zaqueo que hay dentro de cada uno de nosotros se deje mirar por el Señor y acepte la invitación a bajar ... este llamado del Evangelio es memoria y camino de esperanza ... ahora o nunca, busquemos la refundación de nuestro vinculo social, como tantas veces lo reclamamos con toda la sociedad y, como este publicano arrepentido y feliz, demos rienda suelta a nuestra grandeza: la grandeza de dar y de darnos ... hay que dar lugar al tiempo y a la constancia organizativa creadora, apelar menos al reclamo, estéril, a las ilusiones y promesas, y dedicarnos a la acción firme y perseverante "

(de la Homilía pronunciada por el cardenal Jorge Mario Bergoglio en el Te Deum del 25 de mayo de 2002 - revista Criterio - Junio 2002 )

Las exigencias de la hora

La situación por la que atraviesa nuestro país es particularmente difícil y compleja. El deterioro moral, político, económico y social es tan grave y profundo que aun poniendo en aplicación un plan que tuviera consenso y sustento político, sus efectos no serian inmediatos. Las buenas y sensatas ideas están dispersas o les falta sustento político, y existe un serio y fundado cuestionamiento sobre los principales dirigentes. Y no se ve claramente a través de las encuestas que se proyecte claramente ningún dirigente con idoneidad técnica y moral para las próximas elecciones. El gobierno actual no ha generado todavía un proyecto coherente que haya podido concitar adhesiones en calidad y cantidad como para despertar la esperanza de poder avanzar ordenadamente y en paz hacia un futuro de unión de los argentinos. Ante tal situación, cabe esperar en los próximos meses por lo menos el mismo desorden y confusión que los que reinan actualmente. No todos los católicos pensamos igual en todo, ni participamos en las mismas agrupaciones políticas.

Por esta razón me parece indispensable proponer dos aspectos esenciales que cualquier gobierno tendrá que acometer, mas allá de los discursos y mas allá de todas las reformas y acciones necesarias para mejorar la situación de nuestro país: la moneda -como instrumento necesario- y la lucha contra la exclusión y la pobreza como fin de la acción.

No hay país que tenga o que pretenda un mínimo de estabilidad que no tenga moneda. Un país de mas de treinta millones de personas sin moneda no puede hacer un presupuesto y sin presupuesto no puede haber justicia, libertad y el mínimo orden económico. Desde Aristóteles, una moneda es unidad de cuenta para poder medir el valor de los bienes, instrumento de transacción universalmente aceptado y reserva de valor en si misma. Por lo tanto resulta prioritario para nuestro país disponer de una moneda que permita cumplir esas tres funciones. La moneda no sirve solo para las grandes empresas o los bancos. Principalmente los pobres y quienes administran el dinero para la asistencia social necesitan que mantenga su valor, que sea aceptado, que pueda circular sin descuentos y que pueda medir los bienes a adquirir. Por eso debe ser un objetivo prioritario de cualquier gobierno el que dispongamos de una moneda en su triple y aristotélica acepción. Disponer de una moneda falsa ha sido, es y será una fuente de inestabilidad, de corrupción, y de transferencia de ingresos en nuestro país.

Para luchar contra la exclusión y contra la pobreza el Estado debe fomentar la producción de riqueza y favorecer la distribución -tanto la voluntaria como es la que se hace por solidaridad, como la que se realiza utilizando el dinero del estado- de un modo eficiente y honesto. Si se pone el acento solo en la generación de riqueza, no esta escrito que la solidaridad supla todas las necesidades, y si se pone el acento solo en la distribución, se espanta a la inversión nacional y externa. Esto incluye a la pequeña y mediana empresa y al comercio, principales generadores de empleo. De acuerdo a los datos que se conocen, la distribución en nuestro país es cara y corrupta. Agregado esto a la evasión crónica impositiva de muchas grandes, medianas y pequeñas empresas, se genera la falta de fondos, la inequidad impositiva y la imposibilidad para el Estado de cumplir su rol.

Estos dos grandes temas - no únicos ni excluyentes - pero si de una importancia vital hacen muy difícil e ingrato el ejercicio de un poder que quiera ser justo, equitativo y solidario. Además de requerir personas experimentadas, capacitadas, idóneas, honestas y responsables, tendremos que tener una visión de futuro y "dar lugar al tiempo y a la constancia organizativa creadora, apelar menos al reclamo, estéril, a las ilusiones y promesas, y dedicarnos a la acción firme y perseverante " como nos dijera nuestro Cardenal.

Por lo tanto, y ante la existencia de múltiples iniciativas e incentivos que manifiestan la diversidad de enfoques y la complejidad y riqueza del ser humano, resulta indispensable - sea cual fuere el partido, la agrupación o el movimiento en que se milite - disponer de algunos principios que constituyen aspectos permanentes de nuestra identidad, y que conviene nos sirvan de guía para transitar el camino ancho pero que igual tiene los limites que nos dan la forma como país.

10 principios para la acción política del católico

1 - La acción política del católico debe estar orientada por la preeminencia de principios éticos y morales compatibles con la Fe. En el lugar en donde esté, debe haber compatibilidad con la Fe tanto en las ideas, como en la acción de los partidos o movimientos y en el interior de las personas que los lideran. Solo con las ideas adecuadas, con asociaciones políticas fuertes y eficaces y con personas honestas que trabajen por el bien común, se podrá solucionar los males que aquejan a nuestro país.

2 - Una elemental vida civilizada surgirá de una sociedad sin corrupción. La corrupción se da tanto en el campo de las ideas, como en las acciones de grupos humanos y de individuos.

3 - Los objetivos señalados en el preámbulo de la Constitución legada por nuestros padres fundadores tienen plena vigencia y su espíritu sigue sintetizando los fines del poder. Estos constituyen el marco de referencia y la guía de la actividad política: constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad.

4 - El sistema político representativo, republicano y federal forma parte de nuestra organización política:

- Respecto de la representación y la representatividad, es necesario mejorar los sistemas de representación para que puedan acceder los ciudadanos honestos e idóneos y para que se consolide un genuino sistema democrático en el que el pueblo gobierna a través de sus representantes, elegidos en elecciones libres.

- También debemos fortalecer los principios republicanos nuestro país como una comunidad de ciudadanos libres. Esto incluye y requiere la división de poderes; un sistema jurídico que garantice la realización de la justicia y la preservación de los derechos; y fuerzas armadas y de seguridad que le permitan mantener la paz y la seguridad y organizar la defensa en torno a los objetivos manifestados en la Constitución.

- Respecto del sistema federal entendemos necesario reforzar el rol de las provincias, de las regiones, descentralizando funciones y presupuesto, y poniendo énfasis en un Gobierno Nacional que consolide a la Nación Argentina como una unidad de destino en la que las Provincias se integran en un todo, La Nación, que integra al país y que tiene un fin superior al de sus componentes. Por otra parte, es la única manera de ocupar un lugar el mundo como Nación y no como un conglomerado.

5 - La actividad política y administrativa del estado debe ser eficiente y su costo el menor posible. Para ello es esencial que este disminuya y se aumente la efectividad del aparato estatal, en todas las estructuras ejecutivas, legislativas y judiciales, nacionales, provinciales y municipales, mediante el análisis de su justificación, el mejoramiento de la eficiencia y la lucha contra la corrupción.

6 - Hoy son prioritarios en forma coincidente y simultanea el desarrollo económico y la lucha contra la pobreza y la exclusión. La mejor manera de combatir a la pobreza es favorecer la creación y la distribución de la riqueza en un marco que favorezca la libertad de comercio como medio para incentivar una sana competencia. El Estado debe posibilitar que esta creación y distribución sea efectiva. En este sentido debe incentivarse la creación de la riqueza a partir de la actividad privada en todos los niveles de la actividad económica y no solo en el de los grandes grupos económicos. Las pequeñas y medianas empresas y el comercio son los mayores generadores de trabajo. Todos los ciudadanos que pueden producir riqueza aun desde el lugar mas insignificante, deben estar incentivados a ello para poder así ser dueños de su destino temporal. La necesaria asistencia estatal, y la solidaridad social deben cubrir solamente lo que los ciudadanos no pueden hacer por si mismos.

7 - La lucha contra la pobreza y contra la exclusión no debe estar basada exclusivamente en el asistencialismo sino en la generación de un clima y de un marco de referencia que estimule el trabajo productivo y eficiente. De este modo, la asistencia a los pobres se debe ir concentrando en aquellos que por razones de imposible control o modificación, no pueden abastecer sus necesidades. Pero con igual o superior intensidad, debe trabajarse en aumentar la cantidad de población económicamente prospera e independiente, y en consecuencia libre y responsable. La inclusión debe hacerse para que los excluidos pasen a estar incluidos, y la acción política debe tener por fin el disminuir la asistencia masiva y permanente para que quede circunscripta a aquellos que no pueden incluirse en las actividades productivas por falencias insalvables.

8 - La educación tanto en sus contenidos como en las formas modernas de su ejecución, deben permitir el doble aspecto de preparación para el trabajo humano y para la búsqueda de la perfección intelectual y moral. Para esto debe buscarse un sano equilibrio y complementación de la educación privada y la estatal. La salud debe reestructurarse mediante la adecuada complementación de hospitales públicos, obras sociales, sindicales y empresas de medicina prepaga. La política de salud debe considerar a la persona humana desde el momento de la concepción. Como católicos, debemos luchar por la realización de políticas compatibles con la doctrina que profesamos.

9 - En lo internacional el país debe luchar por su independencia y fortaleza política y económica, pero no dejar de estar integrados al mundo para poder estar 'conectados' en orden a la libertad de circulación de personas y bienes, en nuestras comunicaciones, y también estar actualizados tecnológicamente y poder aprovechar las oportunidades que brinda el comercio. En cuanto a la llamada globalización, y como dijera el arzobispo Diarmuid Martin durante su intervención en la 90ª Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en Ginebra del 3 al 20 de junio de 2002, se deben «identificar qué elementos conducen a una integración socialmente favorable en el proceso de globalización y cuáles promueven la marginación», «La transformación satisfactoria del proceso de globalización requiere políticas que impulsen una inclusión y una integración mayor y menos fragmentación».

10 - La paz interior en un marco de justicia y de perdón es un bien que es necesario mantener para la reconstrucción nacional. Sobre el amor se construye y sobre el odio se divide. "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón: esto es lo que quiero recordar a cuantos tienen en sus manos el destino de las comunidades humanas, para que se dejen guiar siempre en sus graves y difíciles decisiones por la luz del verdadero bien del hombre, en la perspectiva del bien común." (del mensaje de Su Santidad Juan Pablo II para la Celebración de la Jornada Mundial de la Paz el 8 de diciembre de 2001)


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